VENTAJAS: Son baratas y si se pone la cantidad correcta de mix pueden hacer un helado aceptable.
INCONVENIENTES: Tienen una cubeta muy grande que debe permanecer 24 horas en el congelador antes de poder usarse. Generalmente no funcionan bien si se hace la cantidad de helado que recomienda el fabricante.
Son baratas, por unos 30 euros podemos tener una heladera. Por lo general, la cubeta tiene unas paredes gruesas rellenas de un gel especial y debe mantenerse en el congelador al menos 24 horas. Después se saca, se vierte el mix en su interior y se colocan unas aspas, generalmente conectadas a un motor eléctrico que remueven la mezcla. Para volver a usarla habría que esperar otras 24 horas.
El principal problema de la mayoría de estas máquinas es que no son capaces de helar la cantidad de mix que nos indica el fabricante. Es una cuestión de matemáticas. Tenemos una cubeta que encierra entre sus paredes unos dos litros de gel a -20 grados cuando salen del congelador (las mejores…algunas no tienen más de un litro) y le colocamos en el interior 1 litro de mix que hemos sacado de la nevera a 5 grados.
Teniendo en cuenta que desde el mismo instante en que sacamos la cubeta del congelador empieza a calentarse y que la trasmisión de temperaturas no es inmediata, a menudo la mezcla no logra alcanzar menos de -4 grados, temperatura totalmente insuficiente para nuestro helado. Tengo un amigo que me explicó que acabó poniendo la cubeta con el motor en el interior del congelador y sacó el cable entre la puerta, porque no había forma de que la mezcla se helara.
Si has puesto la cantidad que indica el fabricante, pero el helado no se hiela, os proponemos dos soluciones:
la primera es disminuir la cantidad de helado que ponemos en el interior de la cubeta, podemos probar hasta que logremos hacer un helado con una cierta consistencia.
La segunda es «ayudar» a nuestra máquina poniendo nuestro mix en el congelador durante aproximadamente una hora antes de pasarlo a la heladera. Posiblemente se haya congelado un poco por los bordes, debemos batir bien la mezcla con unas varillas, para que se deshagan los posibles cristales de hielo que se hayan formado. Lo vertemos entonces en la heladera. Habremos conseguido bajar unos grados la mezcla y quizás sea el empujón que le faltaba. Es muy importante no poner trozos de mix congelados, ya que quedaría cristalizado y no tendría una textura cremosa.
Otro inconveniente que presentan este tipo de máquinas es que las palas que mueve el motor no suelen agitar la mezcla, tan solo la remueven. El problema es que si no se agita, no adquiere aire de manera natural. El helado queda más pesado y pierde calidad.
También suele suceder en este tipo de máquinas que las aspas no tocan las paredes de la heladera. Aunque se queden sólo a un milímetro, en ese espacio crecen los cristales de hielo y cuando finalmente han crecido tanto que las aspas se lo llevan, añaden cristales de hielo a la mezcla que estropean la calidad del helado.
En ocasiones he mejorado la textura de ese helado pasando la mezcla ya helada por una trituradora potente o por una thermomix.
Teniendo en cuenta estos inconvenientes, tenemos la ventaja de que es muy barata y que para pequeñas cantidades hace un helado aceptable aunque no sea perfecto.
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